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Dr. Demetrio Sodi Pallares

Dr. Demetrio Sodi Pallares

BIOGRAFÍA

Demetrio Sodi Pallares, una leyenda de reconocimiento internacional en el campo de la electrocardiografía, nació en la Ciudad de México el 8 de junio de 1913. Hijo de Demetrio P. Sodi Guergué y Carmen Pallares Portillo. Su instrucción primaria y secundaria la realizó en el Colegio Francés (1922 a 1928), el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria y se graduó en la Escuela Nacional de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México el 4 de febrero de 1936.

Su primer trabajo institucional lo desempeñó como médico adjunto del Hospital General de México en 1938. Después realizó una estancia en EUA (1941-1943) en la Western Reserve University Medical School en Cleveland, Ohio, con Carl J. Wiggers y en la University of Michigan en Ann Arbor, Michigan con Frank N. Wilson, quienes en aquel momento eran líderes en el conocimiento de las funciones eléctricas y mecánicas del corazón.

Con esta valiosa experiencia a su regreso a México en 1943, se incorporó al pabellón 21 del Hospital General de México y en 1944 se hizo cargo del Departamento de Electrocardiografía del recien inaugurado Instituto Nacional de Cardiología donde estructuró la Escuela Mexicana de Electrocardiografía. Contó con el apoyo imprescindible de un grupo de colaboradores de enorme jerarquía como el Dr. Enrique Cabrera Cosío, Dr. Abdo Bisteni Adem, Dr. Alfredo De Micheli-Serra, Dr. Dr. Gustavo A. Medrano Castro y José Ponce de León Jurado entre otros. En la década que siguió al fin de la Segunda Guerra Mundial, México fue considerado como la Meca de la electrocardiografía. Su doctrina y misión lo impulsó al trabajo profesional, al estudio, a la docencia universitaria y a la investigación. Mantuvo el cargo durante 31 años y dejó el Instituto el 31 de marzo de 1975.

El Dr. Demetrio Sodi Pallares inició el razonamiento en la exploración eléctrica del corazón, vislumbró la necesidad de estudiar la activación del corazón y, para lograrlo, inició el estudio sistemático de la despolarización normal en el animal experimental que después comparó con ensayos en el hombre y en casos post mortem, dando forma, gradualmente a la electrocardiografía clínica que permitía deducir los cambios anatomoclínicos a través del electrocardiograma, eliminando así los trazos electrocardiográficos estereotipados y la interpretación empírica de ese entonces. En 1956 publica en EUA – “New Bases of Electrocardiography”-, y en 1964 en español – “Electrocardiografía Clínica. Análisis Deductivo”. – Lo que él definiera como deductiva significaba que la génesis de las morfologías electrocardiográficas normales y anormales podría ser razonada extrapolando los estudios experimentales de acuerdo al concepto del dipolo de Wilson y la teoría de Craib. Tal método intentó analizar la secuencia de la activación cardiaca integrando el concepto escalar de Wilson de las derivaciones unipolares con los métodos vectoriales de las derivaciones precordiales. El maestro Sodi Pallares “veía” los vectores en sus tres dimensiones, era un semiólogo electrocardiografista deslumbrante, un razonador del electrocardiograma.

En el campo de la elecrofisiología básica el Dr. Sodi Pallares y colaboradores obtuvieron el registro del potencial eléctrico intracavitario en el hombre y corazón experimental del perro en condiciones normales y mostraron por primera vez los potenciales intracavitarios en los bloqueos de rama y del ventrículo izquierdo, así como, el estudio del fenómeno eléctrico de las paredes libres y del septum interventricular a través del registro con derivaciones directas estableciendo el concepto del endocardio eléctrico. – “Comparative Study of the Intracavitary Potential in Man and in Dog. Am Heart J 1947; 33:819-48”, “New Contributions to the Intracavitary Potential in Cases of Right Bundle Branch Block in the Human Heart. Am Heart J 1948; 36:1-12”, “The Left Intraventricular Potential of the Human Heart: I Method. Am Heart J 1950: 40:650-54” y “A Study of the Potential of the Purkinje Tissue. Am Heart J 1960; 60:562-80”.

Como era de esperarse para una mente como la del Dr. Sodi sus líneas de conocimiento fueron evolucionando y cambiaron su pensamiento al intentar correlacionar los cambios electrocardiográficos con otros parámetros no eléctricos tales como el metabolismo celular y ultraestructura, mecanismos iónicos y contractilidad ventricular surgiendo el concepto y publicando el libro “Electrocardiografía Poliparamétrica” en 1970. En última instancia, el fenómeno eléctrico es consecuencia de corrientes iónicas a través de la membrana celular, corrientes iónicas que están determinadas por la energía libre que es la fuente indispensable para la subsistencia y la formación celular.

El Dr. Sodi sugirió que la angina de pecho y el infarto del miocardio son padecimientos del metabolismo de las fibras miocárdicas que se inician con una alteración termodinámica muchos años antes que las arterias coronarias sufran. Este postulado científico le permitió conocer los principales factores etiológicos de la cardiopatía isquémica: pobre actividad insulínica a nivel del ciclo de Krebs, efecto agresor de catecolaminas, deficiencia tiroidea y exceso en la ingesta de sodio. Las tres primeras alteraciones determinan, en las fases iniciales del padecimiento, un ciclo de Krebs poco activo, principalmente a nivel del musculo subendocárdico del ventrículo izquierdo. Sostenía que la alteración termodinámica es la consecuencia, llevando a una pobre energía de acción, disminución de la energía almacenada, incapacidad de la energía de construcción, aumento de la entropía y desorganización celular. Así, con un enfoque esencialmente termodinámico y metabólico publica en 1975 – “Cardiopatía Isquémica y Tratamiento Polarizante. Nuevas Bases Metabólicas y Termodinámicas”– con toda su lógica conceptual.

Los trabajos experimentales básicos y clínicos con la administración de glucosa, insulina y potasio (solución GIK) mostraron un balance terapéutico favorable en el tratamiento de los síndromes coronarios agudos, en insuficiencia cardiaca y en cirugía de revascularización coronaria en términos de cardioprotección y morbimortalidad, trabajos realizados en nuestro medio y en varios centros alrededor del mundo.

Sodi Pallares no solo fue un científico, sino humanista y con grandes ideas filosóficas, en otros momentos se recreaba en la poesía y escribió versos. Pocos meses antes de su partida concluyó un ensayo filosófico acerca de las dos corrientes contrarias: la del ser y la del no ser (Parménides y Heráclito). Su legado científico descansa en la publicación de 320 trabajos científicos en revistas y libros nacionales e internacionales; en la gran mayoría, como autor principal. Sus trabajos han sido citados en más de 300 publicaciones científicas y 19 libros, es notable resaltar que del año 2007 a 2016 se han publicado en la base de datos de U.S. National Library of Medicine, National Institutes of Health (PubMed) 49 trabajos de investigación relacionados con la solución polarizante. El Dr. Sodi Pallares fue distinguido con más de 100 diplomas y todo tipo de reconocimientos en Norteamérica, Sudamérica y países Europeos, siendo uno de los conferencistas en cardiología más reconocidos en tres décadas (1950s, 1960s y 1970s).

Perteneció a numerosas Sociedades Científicas, fue Presidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología (1955-1956 y 1962-1963). Presidente de la Academia Nacional de Medicina de México (1964-1965). Miembro honorario de la American Heart Association, de la Sociedad Francesa de Cardiología, de la Sociedad Española de Cardiología y de numerosas Sociedades Cardiológicas Latinoamericanas. Recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Córdoba, España (1976) y de la Universidad de Alcalá de Henares, España (2003).

El Dr. Sodi Pallares recibió el “Master Teacher Award” por el American College of Cardiology en 1975, el “Sodi Award for Teaching ECG Interpretation” premio instituido por el Dr. Agustín Castellanos entonces jefe de Electrofisiología Clínica del Jackson Memorial Hospital, University of Miami School of Medicine en 1977.

A las 4 a.m. del día 12 de agosto de 2003, a los noventa años de edad murió el Dr. Sodi Pallares. No hay duda que el Maestro Sodi, como será recordado, fue un médico con un gran razonamiento científico, por sus aportaciones, el cardiólogo mexicano más reconocido de nuestro país y uno de los de mayor trascendencia internacional. A él nuestro reconocimiento por siempre.

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